Construyendo capacidad tributaria para el crecimiento y el desarrollo: El umbral del 15% del FMI y la división fiscal global

Fuente: Departamento de Asuntos Fiscales del FMI – Documento Departamental (2025)
Autores: Katherine Baer, Matthieu Bellon, Matt Davies, Ruud De Mooij, Vitor Gaspar, Andrea Lemgruber, Mario Mansour, Fayçal Sawadogo, Misa Takebe, Charles Vellutini

Resumen Ejecutivo

El reciente documento departamental del FMI sitúa la capacidad tributaria en el centro de la resiliencia estatal y el desarrollo sostenible. Su mensaje central es claro: una relación impuestos/PIB de al menos 15% es el umbral crítico para que los países escapen de la trampa de bajo crecimiento y logren un fortalecimiento institucional.

Actualmente, 71 economías en desarrollo permanecen por debajo de este umbral del 15%, con una representación desproporcionada de estados frágiles y dependientes de recursos. El FMI identifica una “brecha tributaria” promedio de aproximadamente 5% del PIB en países de bajos ingresos — ingresos que podrían movilizarse mediante reforma de políticas, mejor administración y digitalización.

El informe destaca no solo la insuficiencia cuantitativa sino también las dimensiones cualitativas de los sistemas fiscales: ampliar bases tributarias, racionalizar gastos, modernizar el IVA, aprovechar impuestos a la propiedad y los impuestos especiales, y garantizar el cumplimiento a través de la gobernanza y la infraestructura digital. Importante: el documento integra este objetivo fiscal con el Compromiso de Sevilla (2025), que consagra la relación del 15% como un referente político y de desarrollo global.

Cinco Leyes de Integridad Epistémica

Veracidad de la Información
El informe está fundamentado en datos longitudinales del FMI (base de datos WoRLD, 1990–2022) y en modelización econométrica del potencial tributario. Se basa en investigaciones previas (Gaspar, Jaramillo, Wingender, Bellon, Warwick) que muestran el “punto de inflexión” del crecimiento en las relaciones impuestos/PIB. La base empírica es sólida.
Veredicto: Alto.

Referencias de Fuentes
Las referencias están debidamente citadas, con vinculación cruzada a datos del Banco Mundial (rentas de recursos naturales), ODS de la ONU y el Monitor Fiscal del FMI 2025. El anclaje explícito en el Compromiso de Sevilla añade legitimidad.
Veredicto: Alto.

Confiabilidad y Precisión
El uso de promedios de largo plazo (1995–2022) suaviza la volatilidad y proporciona un marco comparativo robusto entre economías avanzadas, emergentes y de bajos ingresos. Se reconoce la sensibilidad a la capacidad institucional y a los estados frágiles.
Veredicto: Alto.

Juicio Contextual
El FMI enmarca la capacidad tributaria no solo como ingresos, sino como un elemento fundacional de la condición de Estado, el desarrollo financiero y la legitimidad de la gobernanza. La profundidad contextual —vinculando tributación con confianza, estabilidad y crecimiento— evita interpretaciones reduccionistas.
Veredicto: Alto.

Trazabilidad de la Inferencia
Las inferencias desde los datos hasta la política son transparentes:
(a) los países de bajos ingresos pueden movilizar +5% del PIB en impuestos;
(b) cruzar el 15% conduce a un fortalecimiento institucional;
(c) las reformas deben combinar diseño, administración y gobernanza.
Veredicto: Alto.

Opinión BBIU: La “Regla del 15%” del FMI como Sobresimplificación

El documento departamental del FMI de 2025 presenta la relación impuestos/PIB del 15% como un umbral universal para el crecimiento económico y la legitimidad estatal. Aunque la lógica es seductora en su simplicidad —mayor tributación conduce a mayor capacidad, y por lo tanto a mayor crecimiento— nuestro análisis estructural identifica esto como un caso de sobresimplificación funcional.

1. Correlación vs. Causalidad
Los países por encima de 15% de impuestos/PIB suelen mostrar mayor crecimiento, pero esto no prueba que la tributación causara el crecimiento. En muchos casos, fue el crecimiento el que permitió mayor tributación, no al revés. Esta inversión es particularmente visible en Asia, donde la industrialización precedió a la expansión fiscal.

2. La calidad del gasto importa más que la cantidad de tributación
El modelo del FMI asume que ingresos adicionales se traducen en inversión pública productiva. Sin embargo, Brasil recauda más del 30% del PIB en impuestos con un crecimiento estancado, mientras Singapur sostuvo décadas de expansión con un marco fiscal más austero y favorable a los negocios. La composición del gasto —educación, infraestructura, gobernanza— determina el crecimiento, no el nivel absoluto de tributación.

3. La heterogeneidad regional rompe el modelo

  • Nórdicos/Europa: El umbral del 15% fue superado hace tiempo, pero el modelo funciona por la confianza, el gasto redistributivo y la calidad institucional.

  • América Latina: Alta tributación coexiste con bajo crecimiento debido a la ineficiencia, búsqueda de rentas y corrupción.

  • África: El desafío no son las tasas impositivas sino la aplicación, la informalidad y la dependencia de rentas de recursos.

  • Asia: Caminos divergentes —Japón y Corea reflejan el modelo redistributivo europeo, mientras Singapur y China dependen de competitividad y tributación selectiva.

4. La función política de la “Regla del 15%”
Al consagrar una sola cifra, el FMI y el Compromiso de Sevilla de la ONU convierten una correlación técnica en un estándar global de legitimidad. Los estados por debajo del 15% quedan automáticamente categorizados como “frágiles”, creando una nueva métrica para condicionalidad en ayuda, negociaciones de deuda y financiamiento multilateral. La regla opera así menos como una verdad económica y más como un instrumento de clasificación de la gobernanza geopolítica.

5. Incentivos ocultos y dinámicas sistémicas
En economías avanzadas, el Impuesto a la Renta Personal (PIT) soporta el grueso de la presión fiscal, a menudo superando 45–55% en las tasas marginales superiores, mientras que el Impuesto a la Renta Corporativa (CIT) permanece moderado (20–25%).

La tributación de dividendos varía ampliamente: los países nórdicos imponen severas capas dobles, mientras Singapur exime completamente los dividendos.

Este diseño incentiva implícitamente el emprendimiento y la estructuración corporativa, ya que canalizar ingresos a través de empresas reduce la tributación efectiva. El documento del FMI pasa por alto esta asimetría, presentando la tributación como neutral cuando en realidad moldea el comportamiento.

Evaluación Final

El marco del FMI logra resaltar la tributación como piedra angular de la capacidad estatal, pero fracasa como modelo universal de crecimiento. Al comprimir la complejidad en un solo número —15%— corre el riesgo de inducir a error a los responsables de políticas y de legitimar la condicionalidad externa sin abordar las diferencias estructurales.

Advertencia de Integridad BBIU: La “regla del 15%” no es una ley de la economía sino un dispositivo narrativo. Para los países por debajo del umbral, el desafío no es simplemente aumentar los impuestos, sino construir instituciones, mejorar la calidad del gasto y diseñar sistemas fiscales alineados con su estructura productiva y su contrato social.

Anexo 1 — Igualdad, Polarización y el Estado más allá de la Regla del 15% del FMI

1. ¿Qué es el Estado? Cuatro Pilares Estructurales

Para entender si una relación impuestos/PIB de 15% hace a un Estado “fuerte”, primero debemos definir qué es un Estado. Un Estado moderno se sostiene sobre cuatro pilares funcionales:

  1. Coerción legítima – El monopolio de la fuerza: fuerzas armadas, policía, control territorial. Sin esto, la soberanía colapsa independientemente de la capacidad fiscal.

  2. Estado de derecho e instituciones – El sistema de tribunales, contratos y derechos de propiedad que sustenta tanto la tributación como los mercados.

  3. Capacidad fiscal y administrativa – La habilidad de extraer y asignar recursos mediante impuestos, aranceles y burocracia.

  4. Legitimidad y contrato social – La aceptación de la autoridad estatal por parte de los ciudadanos, basada en la percepción de equidad y representación.

El marco del FMI reduce la fortaleza del Estado a una sola dimensión: el tercer pilar. Un Estado puede tener una alta relación impuestos/PIB y aun así ser débil si fracasa en coerción (ej. colapso militar), en derecho (corrupción en tribunales), o en legitimidad (protestas masivas contra el gobierno).

2. ¿Cuánto se necesita para sostener un Estado?

El umbral fiscal real depende de las funciones que el Estado asume:

  • Estado frágil (<10% del PIB en impuestos): Incapaz de sostener siquiera seguridad y justicia básicas.

  • Estado funcional mínimo (12–20%): Cubre defensa, justicia, administración esencial e infraestructura básica. Educación y salud en su mayoría privadas.

  • Estado social (25–35%): Proporciona servicios universales como salud, pensiones y educación.

  • Estado expansivo o politizado (>35%): Redistribuye ampliamente pero arriesga ineficiencia y sobrerregulación política.

Así, la cifra del 15% del FMI puede leerse como un piso de viabilidad estatal mínima, no como una garantía de fortaleza o crecimiento.

3. Diseño de un Estado minimalista: reducción al núcleo

Si los ministerios se reducen a lo esencial (Defensa, Justicia, Finanzas, Relaciones Exteriores, Infraestructura), y los legisladores operan ad honorem como en la historia, el costo de la clase política disminuye. Sin embargo, este ahorro simbólico raramente supera 1–2% del PIB.

La verdadera reducción fiscal proviene de externalizar o privatizar funciones sociales. Un Estado minimalista puede funcionar con 8–12% del PIB, pero solo si salud, educación y pensiones quedan en manos privadas o comunitarias.

4. ¿Con qué impuestos podría sostenerse un Estado minimalista?

Un régimen fiscal minimalista debe ser simple, de base amplia y bajo costo administrativo:

  • IVA (Impuesto al Valor Agregado): Pilar central; con una tasa de 12–15% puede generar ingresos estables.

  • Aranceles: Fuente tradicional y eficaz de ingresos para economías abiertas pequeñas.

  • Impuestos selectivos: Combustibles, alcohol, tabaco, juegos de azar — políticamente aceptables y estables.

  • Tasas administrativas: Pasaportes, licencias, registros de propiedad.

Lo que se minimiza o evita:

  • Impuestos a la renta personal complejos (PIT) con alto costo de administración.

  • Impuestos corporativos agresivos (CIT) que incentivan evasión.

  • Sistemas de bienestar universal financiados por el Estado.

Resultado estimado: con 10–15% del PIB en ingresos es suficiente para un Estado minimalista.

5. Efectos en una economía en crecimiento

  • Corto plazo (0–2 años): Simplificación genera confianza inmediata. Los inversores responden positivamente; ingresos fiscales se estabilizan vía IVA. Hogares de bajos ingresos sienten el peso regresivo de los impuestos al consumo.

  • Mediano plazo (3–7 años): La inversión y el crecimiento se aceleran. La formalización se expande; mejora la estabilidad macroeconómica. La desigualdad, sin embargo, se amplía por la privatización de salud y educación.

  • Largo plazo (8–15 años): Surgen dos caminos:

    • Convergencia (como Singapur): El crecimiento genera suficiente riqueza para reintroducir gasto social selectivo (becas, clínicas básicas).

    • Estancamiento (como en partes de América Latina): Persiste la desigualdad, rezaga la productividad, surge populismo que expande el Estado de forma insostenible.

6. Igualdad: mito y realidad

La igualdad absoluta no existe. Incluso en sistemas comunistas, surgieron élites partidarias y jerarquías informales. Lo posible es la igualdad relativa de oportunidades, no la igualdad material absoluta.

  • En Estados minimalistas: Se cubren necesidades básicas, pero la movilidad es limitada.

  • En Estados de alta tributación: La desigualdad se reduce, pero las jerarquías permanecen (acumulación de riqueza, redes de poder).

Subir los impuestos por encima del 15% reduce la desigualdad, pero nunca la elimina.

7. Polarización: una constante ineludible

La polarización persiste bajo todos los modelos fiscales:

  • Estados de baja tributación (<15%): Polarización material — entre quienes acceden a sobrevivir y quienes no.

  • Estados de alta tributación (>15%): Polarización ideológica — contribuyentes vs beneficiarios, nativos vs inmigrantes, defensores del Estado vs del mercado.

El FMI ignora este hecho estructural: la polarización nunca desaparece; solo cambia de forma.

8. El riesgo de sobrerregular la igualdad

Cuando la redistribución se lleva demasiado lejos, las sociedades generan individuos dependientes del Estado. Estos se vuelven políticamente vulnerables: su supervivencia depende de subsidios y transferencias que pueden ser manipulados por gobiernos para obtener lealtad electoral. Así, la redistribución deja de ser una herramienta de equidad y pasa a ser un mecanismo de control político.

9. Veredicto de Integridad BBIU

  • El FMI tiene razón en parte: por debajo de ~15% del PIB en impuestos, un Estado moderno no puede sobrevivir.

  • Pero el FMI es incompleto: superar el 15% no garantiza igualdad, fortaleza o crecimiento.

Hechos:

  • La igualdad absoluta es imposible.

  • La polarización siempre existe.

  • El control excesivo de la igualdad genera dependencia y captura política.

En resumen: los umbrales tributarios definen capacidad fiscal, pero la fortaleza estatal depende de legitimidad, ley, coerción y contrato social — no meramente de ratios de ingresos.

Anexo 2 — El patrón de los gobernantes: Cuando el 15% no es suficiente

1. El problema del déficit fiscal

Cuando los gobiernos no pueden sostenerse solo con impuestos, buscan alternativas. El FMI presenta el 15% del PIB en impuestos como el umbral de un “Estado fuerte”. Pero la historia demuestra que, cuando los gobernantes enfrentan la imposibilidad política de subir impuestos, no aceptan debilidad: recurren a mecanismos extraordinarios — deuda, expansión monetaria o reescritura del orden monetario.

2. El “Nixon Shock”: reescribiendo las reglas monetarias

En agosto de 1971, el presidente Richard Nixon suspendió la convertibilidad del dólar en oro, rompiendo el sistema de Bretton Woods. EE.UU. estaba bajo una enorme presión fiscal:

  • Gastos de guerra en Vietnam y programas sociales ampliados.

  • Crisis de balanza de pagos, ya que gobiernos extranjeros convertían dólares en oro.

  • Dilema político: subir impuestos o recortar gastos antes de una elección era impensable.

Nixon eligió el camino fácil: desacoplar el dólar del oro, imprimir más papel y aplicar controles temporales. Esta decisión preservó la estabilidad inmediata pero inauguró una nueva era de dinero fiduciario, donde la confianza, no el oro, respaldaba el sistema.

3. Imprimir dinero: la válvula de escape clásica

Cuando los ingresos tributarios no alcanzan, los gobernantes recurren a la emisión monetaria:

  • Alivio de corto plazo: salarios, subsidios y deudas se pagan sin aumentar impuestos.

  • Mecanismo oculto: la inflación actúa como un impuesto invisible, transfiriendo recursos de ciudadanos al Estado.

  • Ganadores y perdedores:

    • Perdedores: asalariados y ahorristas en moneda local.

    • Ganadores: deudores (incluido el propio Estado) y poseedores de activos (tierra, divisas, materias primas).

La inflación es, por lo tanto, regresiva: no reduce la desigualdad, la amplifica.

4. El impuesto oculto de la inflación

  • Destrucción del ahorro: la población pierde la capacidad de acumular riqueza en moneda local.

  • Aceleración de la velocidad del dinero: la gente gasta rápido, sabiendo que mañana valdrá menos.

  • Presión inflacionaria: más rotación del dinero alimenta la suba de precios.

  • Colapso de la confianza: el dinero deja de funcionar como reserva de valor, minando el contrato social.

5. Morfina hoy, adicción mañana

La expansión monetaria es morfina política:

  • Alivio inmediato: adormece el dolor fiscal, pospone decisiones duras.

  • Adicción: una vez usado, crece la expectativa de repetirlo. Cada inyección requiere mayor dosis.

  • Tolerancia: la inflación se dispara; los gobernantes quedan atrapados — sin nuevas inyecciones, colapso inmediato; con ellas, colapso diferido pero más grave.

  • Decadencia social: el ahorro desaparece, la planificación de largo plazo muere, la población huye hacia dólares, trueque o criptomonedas.

El Estado parece más fuerte hoy, pero se vuelve estructuralmente más débil mañana.

6. El dilema del gobernante

Ante la insuficiencia tributaria, los gobernantes enfrentan siempre el mismo dilema:

  • Subir impuestos y arriesgar revuelta.

  • Endeudarse o imprimir y arriesgar colapso inflacionario.

  • Depender de recursos o potencias extranjeras y arriesgar soberanía.

La elección de Nixon muestra que incluso el Estado más poderoso reescribirá el sistema monetario antes de enfrentar el costo político de la tributación.

7. Veredicto de Integridad BBIU

  • El umbral fiscal del 15% del FMI no mide fortaleza estatal, sino una visión estrecha.

  • Cuando el 15% no alcanza, los gobernantes buscan herramientas más rápidas y riesgosas: deuda, inflación, rediseño monetario.

  • Estas herramientas transfieren el costo a la sociedad: erosionan el ahorro, amplían la desigualdad, debilitan la confianza.

  • El financiamiento inflacionario es morfina hoy, adicción mañana: compra tiempo a los gobernantes pero asegura sufrimiento social más profundo después.

Conclusión: un Estado no se hace fuerte superando el 15% en impuestos, ni imprimiendo dinero cuando no alcanza. Se hace fuerte con legitimidad, eficiencia y disciplina — no con promesas de papel.

Conclusión — Más allá de los números, el costo humano de la evasión fiscal

El FMI sostiene que una vez que un país alcanza 15% del PIB en impuestos, el Estado se vuelve fuerte. La historia muestra lo contrario. La decisión de Nixon en 1971 de abandonar el patrón oro no fue signo de fortaleza, sino de evasión política — negarse a subir impuestos o recortar gastos en medio de guerra y presión doméstica. Funcionó por un tiempo, pero el costo fue transferido al mundo entero: una era de dinero fiduciario, inflación y confianza frágil en las monedas.

Esto es lo que ocurre cuando los gobernantes no pueden o no quieren recaudar lo suficiente. Eligen el remedio rápido — deuda, impresión, rentas de recursos — una morfina política que adormece el dolor de hoy mientras siembra la adicción de mañana. La población paga el precio: el ahorro se evapora, la velocidad del dinero se acelera, la inflación erosiona poder adquisitivo y confianza. La desigualdad se amplía, no se reduce. Los Estados parecen poderosos en el momento, pero bajo la superficie se vuelven más débiles, dependientes de dosis repetidas de anestesia monetaria.

Un Estado fuerte no se construye alcanzando un umbral fiscal ni reescribiendo reglas monetarias cuando ese umbral falla. Se construye con legitimidad, eficiencia y disciplina para enfrentar el dolor inmediato en lugar de ocultarlo con promesas de papel. La lección de Nixon —y de todo gobernante que recurre a la imprenta— es que lo que parece fortaleza hoy suele revelarse como fragilidad mañana.

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